Durante la celebración se hizo referencia a las cuatro primeras salesianas que llegaron a España, después de estos 125 años podemos ver los frutos de su entrega y trabajo, y esta eucaristía fue una muestra de ello.
Fue una acción de gracias muy participativa, se podía percibir el espíritu de familia que junto con la alegría y sencillez conforman el carisma salesiano.
Todos juntos participamos del ágape preparado para la ocasión. Tuvimos la oportunidad de conversar con personas que por motivos distintos estamos vinculados a las hijas de Mª Auxiliadora, fue un momento muy familiar y enriquecedor.
Como se resaltó en la homilía, fue una bonita ocasión para dar gracias por estos años de presencia salesiana, por su labor y entrega, pero no podemos vivir de recuerdos, hay que mirar al futuro y principalmente debemos caminar mirano a nuestro alrededor.
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