viernes, 29 de marzo de 2013

 
Un buen comienzo para conocer los secretos del mudéjar de Zaragoza es adentrarse por las callejuelas del casco antiguo, y recorrer las cuatro torres mudéjares que quedan de nuestra ciudad. San Pablo fue la primera que visitó, durante el mes de marzo, el grupo de “Conoce tu ciudad”. Su iglesia posee un retablo de Damian Forment, todo él realizado en madera tallada.
Muy cerca, de San Pablo, se encuentran los restos mudéjares del muro de “la Parroquieta” de La Seo, destacan sus incrustaciones de cerámica, que con los colores típicos del mudéjar: azul, verde y blanco contrastan con el ladrillo, colocado de mil maneras diferentes.
Las torres de San Gil, San Miguel o la de La Magdalena fueron otras joyas del mudéjar que pudimos admirar durante la mañana soleada del primer día de primavera.
La Torre Nueva pese a haber desaparecido hace ya casi 100 años, es el monumento mudéjar más conocido por los aragoneses. No tan conocido es su museo, que situado en el sótano de la tienda de ultramarinos “casa Montal”, ofrece al que lo visita los pocos vestigios que quedan de la famosa Torre Nueva.
 El museo dejó un buen sabor de boca finalizando con él nuestra visita mudéjar.
Pilar